El otro análisis de la web semántica
El otro análisis de la web semántica
El crecimiento exponencial de la información en las redes abrió un abanico de investigaciones y negocios que nadie se quiere perder. La quinta entrega de las 10 tecnologías Hot que transformarán el mercado en los próximos años, según la revista Information Technology.
La Web semántica se convirtió en el motor de nuevos negocios en Internet. El crecimiento exponencial de los datos y la necesidad ya no de navegar, sino de bucear de una forma cada vez más inteligente y eficiente en la maraña de información le otorgan a este conjunto de tecnologías un lugar de privilegio.
Ya no se trata de que las máquinas se vuelvan más inteligentes —lo que tampoco vendría mal— sino de que el contenido comienza a organizarse más frecuentemente de una determinada manera —en base a estándares— que hacen más fácil su búsqueda y catalogación. El resultado: información muy valiosa.
Así, la inmensa cantidad de datos agregados por los propios usuarios en las redes sociales de repente se ha vuelto el perfecto caldo de cultivo para ser explotado por los algoritmos de búsqueda. Los casos y aplicaciones son de lo más variadas: por caso, los investigadores Johan Bollen y Huina Mao (ambos de la Universidad de Indiana) y Xiao-Jun Zeng (de Manchester, Inglaterra), encontraron recientemente una correlación entre los precios de las acciones en el Dow Jones y los estados de ánimo en Twitter.
Bernardo Huberman, un investigador argentino que dirige el Social Computing Lab de Hewlett-Packard en Palo Alto, California, analizó junto a otros colegas (Daniel Romero y Sitaram Asur, entre otros) más de 22 millones de mensajes en Twitter con el objetivo de encontrar puntos de contacto entre popularidad e influencia en esa red. A través del uso de un algoritmo que “mide” la influencia (tomando variables como el “retweet”) encontraron que una y otra no van de la mano necesariamente. Y los casos siguen.
Los cuatro principales buscadores Google, Yahoo, Bing y Ask.com, están detrás de este concepto para mejorar el funcionamiento de sus motores. Uno de los más entusiastas defensores del potencial de la Web semántica ha sido uno de sus pioneros, Tim Berners-Lee. En un ensayo publicado en “Scientific America”, el inventor de la World Wide Web advirtió sobre el peligro que representan las plataformas cerradas a la posibilidad de contar con una red cada vez más amplia de datos linkeados, en sintonía con el espíritu de la Internet de los primeros tiempos. El temor de Berners-Lee es que la Web se transforme en una serie de islas con servicios que funcionen sólo dentro de sus límites.
En la Argentina, emprendimientos como SocialMetrix aplican esta clase de tecnologías para brindar soluciones de inteligencia de mercado, en las que el marketing se cruza con data mining, lingüística y procesamiento de lenguaje natural para monitorear la imagen de las marcas en la Web. “Cuando los sitios trabajan con estándares es más fácil para nosotros. A mediados de 2009 empezamos a apoyarnos en las APIs y en 2010 se abrió Facebook, lo que generó un acceso a información impresionante”, dice Gustavo Arjones, responsable de Tecnología de SocialMetrix. “No creo que las máquinas empiecen a ‘conversar’ entre ellas, como predicen algunos. Pero hay cosas que sí se pueden hacer: automatizamos el seguimiento de 150.000 sitios y estamos trabajando con variables psicográficas, lo que permite segmentar al público para ver qué características tienen quienes hablan de una determinada manera sobre una marca”, explica.
Arjones cree que la apertura de las plataformas permitirá el uso cada vez más extendido de la Web semántica, aunque tal vez choque contra los reclamos por privacidad. “En Facebook llama la atención la información que uno puede obtener sin estar ‘logueado’. Es molesto para mucha gente y puede ser algo que interrumpa esta tendencia de apertura. Pero creo que se podrá encontrar un punto medio.”
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